martes, 27 de octubre de 2009

"De los golfos como yo, de los cielos como tú"

Mi mano se extiende para tocarte pero tu imagen se desvanece entre mis dedos que se convierten en garras que rabiosas destrozan todo lo que tienen a su alcance.

Maldigo una vez más a mi memoria que tan solo me brinda algún vago recuerdo de lo que era despertar a tu lado, el brillo de tus ojos o el sabor de tu piel, y me engaña traicionera haciéndome creer en espejismos incapaces de saciar la sed de esta alma que anda perdida en algún desierto, vagando sin rumbo y con andar despistado, tan lejos de su punto de partida que debe estar ya cerca del final, donde todo empieza.

Dos almas gemelas tan diferentes entre ellas, pero tan unidas por un cordón de plata de 779km de largo que no voy a dejar que se rompa y nos devuelva bruscamente a la realidad. Tu dolor es mi lenta agonía.

Y busco la paz allá donde las paredes son tal altas que nunca nuestro orgullo alcanzará. Y busco un poco de luz entre tanta oscuridad, pero estas vidrieras solo dejan traspasar su envidia de no poder brillar tanto como aquellas que un día me deslumbraron llenas de color e ilusión. Ya ni la sombra de ese degollado me transmite un poco de compasión.

Hoy me preguntaron si el de allá arriba es Dios o el Demonio... dulce ingenuidad con cara de angel y cierto gusto por el suicidio, alguna vez te has preguntado quienes somos los que estamos aquí? Yo una vez lo hice y me vi inmersa en un viaje aterrador a las profundidades del yo, del tú y del vetetúasaberquien, que visto lo visto decidí quedarme en la superficie surfeando las olas y capeando el temporal. La Mar anda revuelta.

Y de fondo Los Delinquentes y es que "el quererte mucho me da sed"

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